Después de tres años de incontestable dominio blaugrana en España y (casi) en Europa, tras rumores, ruegos, esperanzas, sugerencias, deseos, temores, lloros, etc. etc. desde todos los lados por la llegada de un cambio de ciclo que diera variedad al momento actual del fútbol... miren ustedes por donde, es posible que en la segunda devenida primera jornada del campeonato de Liga se hayan visto los primeros indicios de tal cambio de ciclo. En lo táctico, claro está. En el "otro", lo que tememos los culés y desean algunos, pongamos la nota a fin de curso. Como siempre.
Ante las bajas en defensa cara al partido con el Villarreal, Guardiola arriesgó apostando no sólo por una zaga de tres centrales en la que el único defensa natural era Eric Abidal, sino que pobló la línea media culé con cuatro centrocampistas, tres de ellos de toque y claramente ofensivos (Thiago, Cesc, Iniesta) y uno de contención y recuperación (Keita), y para el ataque, aparte de dejar a Messi moviéndose entre la posición de ariete clásico y la de "falso nueve" o "medio-delantero", hizo que Alexis y Pedro se acercaran a las líneas de banda, a la manera de los extremos clásicos. Tres modificaciones tácticas... y las tres funcionaron a la perfección...
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