Los milanistas sorprendieron al Barcelona con el tempranero gol de Pato (a los 30 segundos) y empataron a dos en el tiempo de descuento.
Sin alardes, con poco juego y mucha efectividad, el Milan dinamitó los planes del Barcelona en el Camp Nou. Para lograr el empate (2-2), a los rossoneros les bastó con dos golpes mortales (el primero a los 30 segundos del arranque del partido y el segundo en el tiempo añadido) y la inoperancia azulgrana durante la primera mitad del encuentro.
Aturdidos por el precoz gol de Pato (el quinto más rápido de la historia de la Champions League), los barcelonistas acumularon, antes del descanso, imprecisiones, pérdidas de balón y una preocupante fragilidad defensiva, causada por la falta de entendimiento entre Mascherano y Busquets, los centrocampistas reconvertidos en centrales por Pep Guardiola.
Especialmente graves fueron los errores del jugador de Badia, retratado a cada galopada de Pato.
El brasileño torturó con crueldad a Busquets mientras el cerebro barcelonista, Xavi Hernández, renegaba desde el medio campo, consciente de que el Barcelona también estaba fallando en la creación...
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