Hay quienes opinan que es propio de caballeros no humillar al enemigo derrotado. También quienes defienden la obligación de depurar responsabilidades. En la frontera entre los dos términos se encuentra el Barcelona, que puede vivir en los próximos días uno de los episodios más escabrosos de la guerra entre Rosell y Laporta: el ex presidente se enfrente a un embargo por valor de tres millones de euros.
El problema se remonta a 2006, cuando un socio de la entidad azulgrana presentó una demanda en la que exigía que los miembros de la junta directiva que por entonces presidía Joan Laporta presentaran un aval para cubrir las pérdidas que había dejado la recta final del mandato de Gaspart. En total algo más de 23 millones de euros...
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