Messi hace mejores a todos sus compañeros, por algo es el número 1 del mundo, pero su protagonismo en las acciones que deciden los partidos tapan actuaciones estelares de algunos de sus compañeros que también suministran al argentino los balones que necesita para posteriores combinaciones. Es el caso, por ejemplo, de Xavi Hernández, que tras ser ocasional suplente en la jornada inaugural de la Liga ante el Villarreal, ya brilló en Anoeta ante la Real Sociedad y ha alcanzado un nivel impresionante en sus dos últimos encuentros contra Milan y Osasuna.
Aunque ya ha dicho en más de una ocasión que el Barça no ha perdido su ambición, a Xavi no le hace falta expresar con palabras que "todavía hay hambre". Lo lleva escrito en sus ojos vivarachos y lo ha demostrado con su actitud en dos partidos tan complicados como el estreno en la Champions League, por el madrugador gol en contra de Pato, y el del pasado sábado en el Camp Nou, porque tras dos empates consecutivos el equipo azulgrana siempre recibe una presión especial. Xavi pidió el balón, lo mimó, lo acarició y lo distribuyó siempre con esa inteligencia que le convierte en uno de los mejores centrocampistas del mundo...
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