Pienso que, en general, todos somos demasiado superficiales hablando y escribiendo sobre fútbol. Y culpo de ello a los que, como yo, hemos tenido la suerte de jugar más o menos en serio, o sea en competición federada, desde la niñez hasta muy sobrepasada la treintena, y seguimos obviando el juego de equipo y centrándonos en lo más llamativo e individual. En este país, desde hace un siglo, los niños futboleros hemos adorado el balón. Casi todos nos echábamos a la cama para soñar con goles por la escuadra, regates imposibles, y para despertar admiraciones que nos hicieran ser el jugador más requerido a la hora de hacer equipos.
Y es precisamente ese recuerdo el que se nos ha grabado a sangre y fuego y nos ciega a la hora de analizar cada partido. Nos fijamos en las jugadas más vistosas, en las maravillas que nos regalan los cracks y, sin quererlo, despreciamos la ÚNICA VERDAD QUE CONTIENE EL FÚTBOL: EL MANEJO COLECTIVO DEL BALÓN. Al fin y al cabo cuando nació este deporte no existían las porterías ni el gol, sino que se dirimía únicamente la posesión de la pelota..esa que hoy es propiedad del Fútbol Club Barcelona...
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